Sapiensx3

Reducir el estrés inmediatamente (3 pasos)

Habrás notado que cuando estamos tensos, nerviosos o estresados, las revoluciones por minutos de nuestros latidos son muy elevadas. La tensión arterial sube y las ideas nuevas se reducen.

En tiempos de estrés, el número de latidos ascienden significativamente y las respiraciones, además de ser más rápidas y son superficiales.

Esa respiración superficial, que no llega a llenar ni la mitad de la capacidad pulmonar, provoca que los órganos del cuerpo vean reducido su suministro de oxígeno y, por tanto, el nutriente de sus células, a los niveles mínimos de supervivencia.

Sólo se salvan de la reducción de oxígeno, nuestras extremidades. Pues ante una alerta de peligro (ya sea real o imaginario), el cerebro entiende  que las reservas de oxígeno deben llevarse donde son útiles para correr o luchar. A las extremidades.

Y el resto de órganos del cuerpo se quedan con una reserva mínima de sangre. Si se trata de sobrevivir, no es el momento de hacer la digestión, ni de tener un encuentro romántico, ni de buscar ideas para crear una escultura.

La parte frontal del cerebro, encargada de asegurar nuestra supervivencia, es la que entra en acción. Se activa el “modo supervivencia”, como si tuvieras que salir corriendo y saltar a un árbol, para huir de un oso enfadado, o saltar a la acera, porque un coche está a punto de atropellarte.

Esa operativa bioquímica es perfecta, si ese estado de estrés, diseñado para ocurrir en momentos puntuales de vida o muerte, no se alarga en el tiempo.

Al no estar diseñada para ser estado constante, el cuerpo acaba resintiéndote y nuestros recursos energéticos, creativos y emocionales, por tanto, también.

Puedes darle una tregua, de tanto en tanto, para permitirte una regeneración celular que consiga que, hasta los que te conocen desde hace tiempo, perciban visualmente sus efectos, además de mostrártelo tu espejo.

Se trata de pillar cualquier momento de estrés en el que estés sumergido. Date cuenta de que hay un pensamiento, en ese momento, que domina tu estado anímico.  que no está siendo muy beneficioso.

Buda decía que si no dominas tus pensamientos, ellos te dominarán a ti.

Así que, empecemos por salir del modo piloto automático, en el que solemos operar, día tras día y mes tras mes. Yo tengo una de esas aplicaciones que hacen sonar campanillas mindfulness, que suenan cada x tiempo, para hacer un “break de estrés”.

¿Cómo tener efectos positivos inmediatos?

BAJA las R.P.M. en 3 PASOS: Respiración, Postura, Mindful (presencia).

1. Toma una gran bocanada de aire, que llegue hasta llenar el abdomen como un globo, en cuatro segundos. Retén el aire un par de segundos y luego expúlsalo en siete u ocho segundos. Haz varias repeticiones. Siente el alivio.

Al respirar profunda y suavemente, se ralentiza automáticamente el número de latidos, lo que da información al cerebro de que no hay peligro, con lo que se reducen las hormonas del estrés, entre las que se encuentra el cortisol, en el torrente sanguíneo.

2. Corrige la Postura: Observa tu postura cuando vas deprisa por la oficina o por casa, de tarea en tarea. Está corvada hacia delante. Prueba a ponerte recto, hombros atrás, pecho ancho y corazón abierto. Sigue observando tu respiración desde esa postura corregida, verás la gran diferencia y cómo te sientes más tranquilo. Sigues dando instrucciones a tu cuerpo para que bioquímicamente se relaje.

3. Mindful, Presencia: desde esa postura corregida y respirando conscientemente, te acabas de colocar en lo que llaman “el ahora”, esa zona de espacio disponible para la creatividad y el encuentro de soluciones y respuestas, además de reducir el estrés y sus estragos.

ProTip: Algunas afirmaciones útiles, para acompañar el ritmo que marcas en tus respiraciones:

“Aunque por ahora no puedo verlo, TODO ESTÁ YENDO BIEN”

“Otras veces he salido de situaciones tan o más tensas que ésta, exitosamente, y esta vez puedo hacerlo también”

“No tengo que encontrar la respuesta ahora mismo”

“Mi inspiración me dará la respuesta que busco en el momento perfecto”

Adopta la costumbre de hacer paradas de estrés. En unas pocas semanas el número de neuronas y sus filamentos, esos que permiten las interconexiones entre ellas, habrán aumentado y, consecuentemente, tu creatividad, tu intuición y tu productividad, también.

Y te sentirás más tranquilo y dueño de tus pensamientos, en lugar de justo al contrario.



Regístrate para tener un
10%
en tu primera compra
No, Gracias
Email Share Tweet Share Follow
MENU